En el mundo de la música clásica, la orquesta sinfónica se reconoce porque combina armónicamente todos los instrumentos, ya sean de percusión, cuerda o viento, tanto de madera como de metal. Estas orquestas se diferencian de las de cámara en que estas últimas sólo cuentan con unos pocos instrumentos -en concreto, menos de 18- y mayoritariamente de cuerda.
Por su parte, las orquestas filarmónicas, que proliferaron en el siglo pasado, estaban integradas originalmente por los miembros de una asociación de amantes de la música, que no necesariamente tenían que ser músicos profesionales. En principio, cualquier orquesta perteneciente a una asociación musical de este tipo, cuyos miembros dedican su tiempo y dinero a actividades musicales, era considerada una filarmónica, aunque no fuera sinfónica. Sin embargo, en la actualidad, al coincidir en casi todos los casos, los dos vocablos se usan de manera indistinta, incluso entre los profesionales de la música.
Artículo extraído de la revista Muy interesante
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